El protagonista de la historia que hoy os enseño es Pepincho Repúa, un tierno erizo que quiere encontrar amigos con los que poder jugar. ¡Y los encontrará! Pero... ¿qué precio tendrá que pagar?
Se encontrará a un zorro que necesita una aguja, a una perra que necesita una horquilla... y Pepincho no dudará en ayudarles, ya que ¡a los amigos hay que ayudarles! Hasta el punto de encontrarse con un gran problema por no haber sabido decir que no a los demás.
Es una bonita historia con la que se enseña a los niños, no sólo que hay que valorarse a uno mismo y cuidarse, sino que también hay que aprender a decir que no de manera asertiva, es decir, sin agresividad ni malas formas.
Mirad qué bonito queda el cuento en nuestro atril de los libros:
Tras leer en clase el cuento, hemos hablado sobre él. Hay niños que se sentían muy identificados con Pepincho: "Yo presto mis cosas, pero después hay amigos que no me prestan juguetes", "No está bien que nos hagamos daño a nosotros mismos por ayudar a otros en cosas que no necesitan tanto"...
Después de hablar un ratito, hemos hecho esta bonita manualidad con plastilina, pipas y ojos móviles. La he visto mucho por Internet, tengo compañeras que la han hecho en clase y ¡estaba deseando hacerla!
¡Nuestros Pepinchos han quedado preciosos!
¡Espero que os guste!